¿Estresado? 10 maneras de proteger sus riñones
Todo el mundo experimenta estrés. El estrés puede ser fisiológico (debido a una infección, lesión, enfermedad) o psicológico (debido a la ansiedad, el conflicto, las amenazas a la seguridad o el bienestar). El estrés psicológico es algo con lo que lidiamos todos los días. Tiene connotaciones negativas, pero también experimentamos estrés en respuesta a eventos positivos de la vida, como casarse o formar una familia, además de eventos emocionalmente desafiantes, como la pérdida de un ser querido, el divorcio o problemas financieros. Ser diagnosticado recientemente o vivir con una enfermedad crónica, como la enfermedad renal, también puede ser una fuente importante de estrés.
Cuando se canaliza adecuadamente, el estrés puede servir como un motivador positivo para manejar los desafíos de la vida. Sin embargo, demasiado estrés o estrés constante puede afectar su salud. Las respuestas físicas al estrés incluyen una respiración y frecuencia cardíaca más rápidas, un aumento en la presión arterial, pupilas dilatadas, músculos tensos y mayores niveles de grasas y azúcares en el torrente sanguíneo. Esto ayuda al cuerpo a lidiar con peligros y crisis inmediatas, pero con el tiempo puede contribuir a problemas de salud, como presión arterial alta, diabetes y enfermedades cardíacas, y lo coloca en mayor riesgo de enfermedad renal. Si ya tiene una enfermedad cardíaca o renal, entonces las reacciones del cuerpo al estrés pueden volverse más peligrosas. Si bien es muy difícil deshacerse por completo del estrés, aquí hay 10 maneras de reducir el estrés, proteger sus riñones y mantener su salud en general:
1. Coma alimentos más saludables. Cuando estás estresado, puede ser fácil agarrar las papas fritas, pero la comida chatarra suele ser altamente procesada y alta en aditivos de sodio y fósforo que pueden tener efectos negativos en los riñones. Considere seguir la dieta DASH que se centra en comer frutas y verduras, granos enteros, proteínas magras y productos lácteos bajos en grasa.
2. Limite la sal y la cafeína. El alto consumo de cafeína puede provocar nerviosismo y no siempre se mezcla bien con los signos físicos del estrés. Deje a un lado el salero y lea las etiquetas de nutrición para determinar la cantidad de sodio en los alimentos y bebidas que consume. Limitar el consumo de sal y cafeína es especialmente importante si tiene presión arterial alta, que es la segunda causa principal de enfermedad renal y también aumenta el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
3. Reserve tiempo para relajarse. La relajación significa algo diferente para todos. Tómate tiempo para “mí” en tu calendario para hacer algo que encuentres relajante. Esto puede incluir cosas que puede hacer fácilmente en casa de forma regular, como yoga y meditación, o algo que puede ser más un regalo especial, como tomarse unas vacaciones o recibir un masaje.
4. Haga ejercicio regularmente. Cuando hace ejercicio, su cuerpo libera endorfinas, sustancias químicas que se ha demostrado que mejoran el estado de ánimo y reducen la sensación de dolor. El ejercicio regular también puede ayudar a reducir la presión arterial alta e incluso se ha demostrado que pequeñas cantidades de actividad física reducen los niveles de estrés. Tome las escaleras en lugar del ascensor o la escalera mecánica, levante pesas libres mientras ve la televisión y estacione su automóvil más lejos de la tienda o bájese del autobús una parada antes para aumentar sus pasos.
5. Reduzca la cantidad de azúcar y grasa en su dieta. El estadounidense promedio consume casi 152 libras de azúcar cada año, el equivalente a casi 3 libras (¡o 6 tazas!) de azúcar cada semana. La grasa es una parte importante y necesaria de su dieta, pero debe limitarse porque a 9 calorías por gramo, proporciona casi el doble de calorías por gramo de proteínas o carbohidratos. Esto lo convierte en un culpable frecuente del aumento de peso. Si tiene o está en riesgo de diabetes, enfermedades cardíacas o vasculares, es particularmente importante controlar su ingesta.
6. Mantener una actitud y perspectiva positivas. La forma en que piensas afecta cómo te sientes, por lo que mantener una actitud positiva y reducir el estrés puede desempeñar un papel importante para mantenerte saludable.
7. Duerma lo suficiente. Una buena noche de sueño ayuda mucho. Estar bien descansado es más importante de lo que muchas personas creen. ¿Sabías que los estudios han demostrado que no dormir lo suficiente puede conducir a un aumento del apetito y, a su vez, al aumento de peso?
8. No guardes tus sentimientos dentro. Hable con un amigo, un ser querido, un líder espiritual o un profesional de la salud. Escribe sobre cómo te sientes en un diario. Cuando pones tus problemas en papel, es más fácil pensar en posibles soluciones. Hacer una lista puede ayudarlo a evaluar y priorizar qué problemas deben abordarse para abordar con calma las causas de su estrés.
9. Establece metas y expectativas. Intente utilizar el método SMART para que sus objetivos sean específicos, Mdeseables, Attainable, Realistic y Trackable.
10. Escucha música. Ya sea lento y relajante, o ritmos para ponerte en movimiento, escuchar música (¡e incluso bailar y cantar!) puede ponerte de menos estresado.